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¡Ah, Roma! La cuna del imperio al que dio nombre, la ciudad de los Papas, la Ciudad Eterna, es una de las urbes más atractivas del mundo, considerándose una auténtica ciudad-museo. . Recordaba cuántos momentos había vivido allí debido a la travesía por todo el mundo con el General Cross, ese General tan varonil y mujeriego, con característica salvaje cabellera lisa y rojiza brillante, a quien hacía los recados y pagaba las deudas como el que más. Sí.. recordaba esos tiempos, un poco amargos por la cantidad de recados y deudas habidas y por haber.
La tarde caía tranquilamente, bajo un Sol oculto bajo algunas nubes, las cuales dejaban asomar unos pocos rayos del rey astral, haciendo sprominente sombra en la ciudad con los edificios interpuestos. La ondeante capa azul oscura con capucha murmuraba haciendo una especie de frufrú, observando con sus ojos amarillentos y grandes la gran multitud que, a primera hora de aquella tranquila tarde, salía de comer, del mercado o del trabajo. Suponía entonces, debido a la citación, que le tocaba, por fin, su Batalla de Graduación, ni más ni menos que contra su compañera Reika Bookman. Cualquier otro le habría valido, pero Reika.. Bueno, si le tocaba contra Reika no había nada que podía contradecir al payaso idiota de Komui Lee.
Doblando una esquina y, pasando una doble y alta puerta de hierro, ahí lo encontró. Tales eran los viajes y el tiempo en que Ggio Vega había vivido en Roma, que prácticamente se sabía casi toda la ciudad de memoria: el foro romano, la columna de Trajano, el famoso Panteón de Agripa.. Bueno. A lo que se iba, sus ojos amarillentos poseían una mirada firme aunque fría, decidida a derrotar en esta Batalla a su contrincante, pero no podía .
Llegó entonces al Coliseo, ese imponente y enorme edificio, cuyo terreno de juego propiamente dicho era un óvalo de 75 por 44 metros, y en realidad era una plataforma construida en madera y cubierta de arena. Todo el subsuelo era un complejo de túneles y mazmorras (el hipogeo) en el que se alojaba a los gladiadores, a los condenados y a los animales. El suelo disponía de varias trampillas y montacargas que comunicaban con el sótano y que podían ser usadas durante el espectáculo. El plano de la arena, en cambio, tenía un completo sistema de drenaje, conectado a cuatro imponentes cloacas. Se ha sugerido que obedecen a la necesidad de evacuar el agua tras los espectáculos navales. Sin embargo parece ser que ya Domiciano, abandonando la idea de la naumaquia, pavimentó las cloacas y colocó en la arena los montacargas para los combates de gladiadores. La cubierta de madera ya no se conserva, con lo que todo el laberinto subterráneo permanece hoy al aire libre.
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Y ahí estaba Reika, quizás preparada para la batalla. Ggio aprovechó para quitarse la ondeante capa azul marino, que cayó elegantemente sobre la arena del Coliseo romano, ya que pensaba efectivamente que le tocaba a atacar a él primero.
GGIO VEGA:- Bueno, ¿estás lista?- inquirió con una media sonrisita, lanzándose sin pensarlo dos veces hacia su oponente para golpearle mientras activaba la Inocencia..-
Innocence.. Hatsudou.. Tigrestoque.. - pronunció, activando su Inocencia.
Su arma parásita antiakuma recibe el nombre de Tigre Estoque (ティグレストーク, Tiguresutōku, literalmente "Colmillo del Tigre Viento Veloz"), la cual imita las habilidades dotadas del tigre dientes de sable. No se producía ningún cambio en Tigre Estoque, el arma antiakuma parasitaria de Ggio, que reside en su máscara y que puede ser transmitida a sus músculos, huesos y sistema circulatorio, aunque deja algunas ténues muestras color verde pálido en la máscara de dienets de sable. Presenta unas sorprendentes habilidades de lucha cuerpo a cuerpo, llegando a rivalizar con la que es considerada una de las mejores en esta disciplina. Se abalanzó pues a propinarle una patada semicircular tras dar un ágil salto hacia el aire una vez aproximado lo suficiente por atacar, al mismi tiempo que analizaba detenidamente la posible reacción de su contrincante