El hervidero de murmullos por parte de otros vineneses que hablaban y cenaban tranquilamente en otra parte se hizo presente a los pocos segundos. Parecía una llama que había surgido para algo.
Indoferente a los murmullos y el tintineo d elos cubiertos, Yoruichi escucchaba atenta las palabras de su peliazulado mejor amigo, comprensiva, mientras que el camarero les traía los platos y las bebidas pedidas, cuya pinta era deliciosa, de buen sabor, así como presentación. Cuando el camarero se marchó deseándoles un buen provecho, respetuosamente, Yoruichi se dispuso a responder, más que comprensiva mientras cogía los palillos para cenar tempura.
SHIHOUIN YORUICHI:- No te preocupes, Kanda. Comprendo lo que piensas. ¿Qué sensación tienes desde que estamos en la posada? No creo que hayan Akumas por aquí.. aparentemente