Misión a Viena - Austria - Kanda Yuu y Shihouin Yoruichi

Avanzó hasta la puerta de la sala siguiente, aunque ésta estaba atrancada, quizás desde dentro, de modo que se apartó unos metros para tomar cerrerilla, y después golpear con una patada la puerta de madera, que se abrió desquebrajándose.

Una inmensa luz plateada que traspasaba una única y gran ventana de transparentes cristales iluminaba una espedie de despacho, aunque era de lujo, con una chimenea, un par de mesillas, un par de sillones y un sofá, y una mesa principal rectangular con una especie de trono de madera y arropado en granate se hallaba a un lateral de la ventana.

Una repentina luz ténue y verdosa se hallaba al lado de la chimenea, en un frasco en forma de campana, transparente, quye contenía una pequeña esfera verde con unos óvalos rodeándola. Sin duda Inocencia, pues la mayor concentración de niebla estaba alrededor de ella, formando un miniremolino que hacía turbio el cristal de la urna que contenía la Inocencia.

Yoruichi, sin pensarlo dos veces, desenvainó su Inocencia, aunque no se esperaba un despliegue de niebla que chocaría con la misma Yoruichi y su Inocencia activada, que la hizo retroceder un poco, aunque el suelo se desquebrajó un poco por el intento de frenarse para que el impacto no la llevase demasiado lejos. Una expesión como de malestar surgió del rostro de la joven, que apretaba los dientes con fuerza y tuvo decidido activar la segunda técnica de su primer nivel.

SHIHOUIN YORUICHI:- ¡Shunkō! (瞬閧, Grito Instantáneo).- Al momento las losas de madera del suelo se vieron levantadas por la activación del Shunkô. Se basa en concentrar cantidades de Inocencia que transmite el aguijón comprimida en torno a los hombros y la espalda del usuario, desde el propio aguijón. Cada vez es más poderoso y efectivo contra los Akumas. Activándolo es capaz de dirigir a su antojo poderosas corrientes de energía en forma de dorados relámpagos y utilizarlas en la lucha con un destacable poder destructivo, que además combina con rápidos movimientos de cuerpo a cuerpo. Puede asimismo anular cualquier técnica enemiga utilizando la misma cantidad de energía pero en sentido contrario, a cada cual su nivel.

"Bueno.. No he de usar mucha energía,pero sí la suficiente como para desquebrajar el contenedor de laInocencis si no quiero que ésta se dañe.. ¡Ikuso!"

La especie de tornado que formaba la niebla se divisió entonces en dos, por el mismo punto en que ella activó su Shunkô, tras loi que corrió ráuda como el viento mientras usaba la msima cantidad de energía que la usada por la Inocencia para "protegerse" de ataques ajenos, saltó después y de un toque desquebrajó la ovalada cápsula que contenía la Inocencia, donde en ese punto se selló una Houmonka antes de que el ovalado contebnedor se destruyera por el impacto.




La Inocencia, pues, se vio entre las manos de una incontestable victoria de Yoruichi Shihouin, quien desactivó el Shunkô, aunque el suelo se mostraría un poco destrozado por el choque de energías.

Kanda oyo fuertes ruidos probenientes del tercer piso y se dio prisa en llegar alli.

"Seguramente Yoruichi abra acabado con el akuma de antes y abra recuperado la inocencia... es una chica que cumple las misiones de forma perfecta, me gusta trabajar con ella" penso Kanda mostrando una sonrisilla de satisfaccion.

Llego a la bibiloteca o almenos eso parecia y vio como la puerta estaba destrozada en el suelo y una luz verdosa salia del cuarto que se extendia tras la purta.

Kanda se sento en una silla de la biblioteca a esperar a Yoruichi la cual saldria triunfante despues de conseguir la nueva inocencia y a ver destrozado a ese akuma facilmente, pero Kanda no sabia que hacer despues de esta mision.
Pesaba quedarse una pequeña temporada aqui un dia o dos para rlajarse y lo que es mas no ver al usagi n ial moyashi tan pronto.
Perono se lo habia comentado a su compañera debia hacerlo cuanto antes por que podria ser una negativa y entonces volveria a la orden.

Puso la mano en su frente como tomandose la temperatura, lo hacia para pensar cuando no se sentaba con los brazos sentados y en una posision sombria.

Salió de la sala con la Inocencia en las manos, com suspendida levitando entre ellas. La niebla había desaparecido, por lo que había sido causa de la Inocencia. La noche predominaba ante Viena con una majestuosa Luna en cuarto creciente

Se acercó a Kanda, vestida con el uniforme personalizado de Exorcista y el traje de Coimandante Supremo de las Fuerzas Especiales y Comandante en Líder de la Milicia Ejecutora, ambos caracterizados por la ausencia de tela en hombros y espaldas. El sonido de sus zapatillas chinas resonaba levemente en la madera del suelo. Sonrió muy levemente al verle. Tomó su maleta en la diestra tras colocarse su kimono negro y su haori negro del resto del uniforme de Exorcista para disimular la mancha grisácea marrón que se hallaba hacia casi el codo izquierdo y después desactivó su Inocencia. Se detuvo frente a Kanda, suponiendo que había liberado a los estúpidos Buscadores y derrotado a tan patético Akuma de nivel dos.


SHIHOUIN YORUICHI:- Ya tenemos a los Buscadores y la Inocencia que causaba la Inocencia.- comunicó ella aunque silenció después por si Kanda tendría alguna sugerencia de sio quedarse en Viena un par de días más o irse de inmediato a la Orden; aunque estabdo en la piel de Kanda estaba segura de que era lo primero, quedarse un par de días en Viena, para no ver a tales elementos que había en la Orden, que no comprendían el deber verdadero de un Exorcista

Todo esta cumplido, como siempre lo hemos hecho de forma eficaz.
Kanda se levanto cogio su maletiny agarro a mugen con la otra mano y se encaminaron para salir rapidamente del edificio.

La luna prollectaba algo de luz sobre las calles mostrando las sombras de algunos edificios y la destruccion ocasionada en la plaza antes de entrar en la opera.

Yoru... ¿te apetece quedarte aqui unos dias?dijo Kanda mientras adaban por los escombros d ela plaza junto a su compañera

Asintió ante las palabras de su peliazulaod mejor amigo y se dispuso a caminar en silencio con él.

Bajaban por las escaleras hasta que finalmente salió con Kanda de la Ópera, observando ante ellos el caótico paisaje que habían crerado antes con la anterior batalla con los doscientos Akuma. Echó un vistazo a los derrumbados edificios, a las desválidas calles próximas a la plaza y al levantado suelo de la plaza, alzándose sobre éstos la alta y gran estatua que no se había derrumbado.

SHIHOUIN YORUICHI:- Sinceramente, estoy de acuerdo con que nos quedemos. No tengo demasiadas ganas de cruzarme con tales idiotas en la Orden.- respondió ella, siendo sincera y con tranquilidad y afabilidad, puesto que le agradaba conversar con Kanda.

Kanda mostro una pequeña sonrisilla al saber que pensaban lo mismo sobre los de la orden.Ademas le encantaba la idea de estar con su amiga de la infancia por la que sentia algo mas, Yoruichi, en Viena unos dias de vacaciones alejados del mundo.

Deberiamos entonces buscar un hostal para alojarnos no ¿es asi? dijo Kanda con el mismo tono tosco de costumbre que lo caracterizaba.
La destruccion de la zona era muy notoria habia casas afectadas cerca de la plaza, la misma plaza se veia totalmente deteriorada por el paso de los akumas y era dificil moverse con seguridad para cualquiera que no fueran ellos dos claramente.
Mientras tanto los buscadores se las ingeniaban para salir de la opera.

SHIHOUIN YORUICHI:- Así lo pienso. Busquemos una posada por la próxima plaza.- comentó ella tras las palabras de Kanda, por qune sentía hacia él un profundo respeto, cierta admiración incluso le profesaba cierto cariño, pues lo conocía desde que era pequeña, y posiblemente era una amistad fuertemente sólida, aunque no lo parezca por las personalidades de ambos.

El caótico paisaje les dificultaba el paso un poco, aunque saldrían de un modo u otro. Los pasos les llevaron a una plaza vienesa donde, cerca, había un quinteto de posadas para pasar la noche, y suponía que en el cartel de una o dos de ellas rezaba que estaba cerrado por lo llenas que estuvieran. Las dos ocupadas posadas se encontraban a uno y otro lateral de la plaza, y las otras tres se hallaban por los edificios de la plaza.

Kanda observo atento las posadas que estaban cerradas, se dirigio a una que estaba abierta apra preguntar si tenian suficientes camas para ellos dos.
Pero a el lo que mas le gustaba era estar con ella, se sentia feliz a su lado y comprendido era muy feliz junto a su gra amiga de la infancia.
Toco a la puerta y le abrio un señor corpulento con un bigote alargado como si fuera frances.

¿Que quieres? dijo en tono muy seco.
Busco alojamiento para mi y mi compañera dijo Kanda con su humor agrio de costumbre.

El señor le miro con una mirada de pocos amigos y se aparto dejandole pasar.

Un hombre con alargado bigote les recibió con un tono bastante seco cuando se acercó con Kanda a una de las posadas libres. Había poca gente por las horas que era, quizás estarían cenando en sus respectivos domicilios después del incidente de la Ópera.

El vienese posadero les dejó pasar a la posada, lo que Yoruichi efectivamente acompañó a Kanda, en silencio.

Salida de una puerta postrada a la derecha de la recepción, una mujer de cabellera rubia y ojos marrones claros se acercó a ambos Exorcistas, pensando que posiblemente eran viajeros.

-La hora de cenar es de diez a once de la noche.- les comentó una vienesa que, al parecer, dirigía el restaurante de la posada- Aún están a tiempo.

Yoruichi la miró de reojo, en silencio. El posadero les dio unas llaves de una habitación con dos camas dobles, quizás una de la spocas habitaciones libres de aquel hostal. La peliazabache viró la mirada hacia Kanda, consultando si deberían cenar antes de acostarse, ya que eran por lo menos las diez y cuarto de la noche.

Kanda agarro las llaves de la habitacion, miro a Yoru y afirmo con la cabeza de que deberia comer antes de acostarse.
Pasaremos a dejar nuestro equipaje en la habitacion y bajaremos a comer de inmediato, dijo Kanda friamente mirando al posadero de mala gana.

Subieron unas escaleras de madera marron oscuro llegando a un pasillo con diferentes puertas de madera de roble, el posadero se paro en una ppuerta y les invito a pasar.

Asintió y siguió a Kanda y al ágrio posadero hacia el primer piso. Cuando subierton un hervidero de murmullos por parte de las botas y el calzado de los tres hacían repiquetear las escaleras de dura y resistente madera.

Cuando llegaron al primer piso, el posadero les invitó a entrar en una habitación sencilla, con buena iluminación, además de la plateada luz que ofrecía la luna predominante sobre el firmamento, dos camas, una mesa de noche con una lamparita y dos cajones, un aseo y muebles varios típicos de las posadas. Los cubrecamas eran de un color beige, en claro conjujnto con las marrones paredes.

-Si necesitan algo, estaremos abajo- comunicó el posadero con su ágria y seca voz. Y les cerró suavemente la puerta.

Yoruichi avanzó hacia una de las camas y dejó su maleta sobre el cubrecama, en silencio. Quizás no tendría nada que decir.

Kanda observo como el posadero cerraba la puerta y oyo como bajaba la escalera poco a poco, ese tipo no le inspiraba confianza y cada vez que oia su voz le hervia la sangre.

Se acero a la cama que habia dejado Yoruichi libre dejo su maletiny se desato la baina de mugen del la cintura dejandola en una esquina cerca de la cama.
Se encamino al baño y cerro la puerta tras de si sin mediar palabra, se quito la parte alta de la tunica y comprobo que las vendas de su pecho estaban algo ensangretadas y con algunos agujeros.

"Probablemente sean trozos de piedra y de madera de cuando tuve que esquivar a ese monton de chatarra"

Se quito la venda y se extrajo algunos trozos de madera mas grandes mientras un poco de sangre bajaba por su torso y callendo al suelo en pequeñas gotitas.

Observó que Kanda se metía en el aseo. No se le ocurrió molestarlo, ni en pintura. Pensativa, se encaminó hacia una de las ventanas de la habitación, sentándose en el alféizar de ésta, esperando pacientemente a Kanda, por lo que no le molestaría ni nada que él no quisiera. Años y años conociéndose, sabía perfectamente sus gustos y lo que le disgustaba.

Exhalando un leve suspiro después, se levantó y, abriendo su clásica maleta de Exorcista, se dispuso a colocar su ropa bien puesta en un lado del armario, todo ordenado y limpio, como le gustaba tenerlo todo.

Todo era un silencio bastante tranquilo, aunque algo le sabía mal, no sabía el qué.

Kanda se limpio la sangre y se puso unas vendas nuevas mientras escondia las otras apra que Yoruichi no las viera, y salio del baño con su tunica bien colocada de nuevo.
Vio a Yoru poner la ropa en el armario y el hiso lo mismo en el lado a puesto, el reloj marcaba las 10 y media con una sonora campanada.

Kanda lo miro con desden y le dedico una mirada a Yoruichi consultandole si deseaba comer algo antes de acostars.

El sonido de las campanadas que daban las diez y media sacaron a Yoruichi de sus pensamientos cuando terminó de colocar bien las ropas y ver a Kanda hacer lo mismo. A la par comprendió la mirada desdeñosa de éste, ya que sabía que el posadero, al principio no le había caído nada bien, lo mismo que ella.

Resopló exhalando un pequeño suspiro.

SHIHOUIN YORUICHI:- Es la hora. Aunque si quieres podemos ir a un restaurante cercano.- le comunicó ella, disimulando la preocupación que sentía por Kanda. Sabía de algún modo que éste estaba un poco herido por la intensa pelea y estaba disimulando las heridas, y bien sabía ella que se podía regenerar de sus heridas escepcionalmente más rápido que los humanos normales. Mas, ella se guardaría sutilmente los secretos que compartía con Kanda, no se lo diría a nadie. Quizás era una promesa que debía cumplir hasta la muerte, y por supuesto lo haría. Los asuntos entre Kanda y ella, sólo podían ser resguardados por ellos solos.

SI me gustaria muchas gracias.... como abras comprobado no me cae muy bien el posadero.Dijo un poco seco y algo desanimado.
Dicho sto se acerco lentmente a ella y a su oido para decirlo algo que solo pudiera oir ella.

Lleva la inocencia no me fio de ellos dijo en un tono seco y un poco dolido
Despues de esto se separo de ella y se volvi a atar a mugen a la cintura y se dirigio a la puerta para ir a cenar con ella

Escuchó atentamente las palabras de Kanda, y asintió sin mediar palabra.

SHIHOUIN YORUICHI:- Por supuesto. Tampoco me fío de él- le susurró la chica al oído de Kanda, comprendiendo perfectamente las palabras emitidas por éste. Mantuvo guardada la Inocencia bajo sus ropajes, a buen recáudo.

Tomó las llaves puestas en un pequeño cuenco junto a la lamparita de la mesa de noche, salió con él de la habitación caerrando con llave suavemente y bajó hacia la sala principal de la posada, donde estaba aquel posadero de voz seca y ágria, y aquella muchacha que dirigía el restaurante de la misma posada. Se detuvo al llegar con Kanda al hall principal, aunque pasó por alto a las palabras del posadero y su "ayudante".

Kanda le dirijo una mirada de desprecio a ambos si fijarse mucho en ellos.
Mi compañera y yo hemos decidido ir a cenar fuera.Dijo Kanda en tono seco y muy molesto por ver ese estupido y a su ayudante.
¿Esta seguro señor? dijo el estupido posadero.

¿Realmente le importa nuestra dicion? dijo muy molesto y en un tono excesivamente seco, despues de eso salio por la puerta abriendola muy bruscamente con un sonoro golpe en la pared y se perdio en la oscuridad del exterior.

Salió con Kanda sin darles ninguna palabra más al ágrio posadero ni a su ayudante.

El exterior se presentaba tranquilo, con un poco de viento que ondeaba los trajes y las cabelleras de ambos jóvenes Exorcistas. Las calles se veían silenciosas y tranquilas. Yoruichi exhaló un pequeño suspiro de alivio, pasando con Kanda por edificios típicos de Viena del siglo XIX, de aquella época.

Por suerte había un restaurante abierto cerca de donde se hospedaban, con menú a gusto del consumidor

Kanda estaba algo enfurecido por el estupido posadero, no l ehacia gracia el ni su ayudante pero le relajaba estar con su querida Yoruichi.
Asi que se dirigieron al restaurante, las mesas estaban decoradas con manteles rojos y con algunas velas que iluminaban la terraza ligeramente y unas rosas del mismo color que el mantel daban el toque de un restaurante romantico con un menu muy variado.

Fue con Kandam con quien acordaba su opinión sobre el árgio posadero, el cual les había tratado fría y secamente sin razón. Se adentó con Kanda en el restaurante, que parecía tener buena reputación.

Un hervidero de pocos murmullos se escuchaba cuando se asentó con él el una de las mesas libres del restaurante. El curioso toque románti con las flores y el restu rojizo, le hizo pensar un poco, estando con la mirada ausente durante unos segundos.

SHIHOUIN YORUICHI:- Parece que tienen un meníu bastante variado, incluso aquéllo que nos guste- objetó ella, aunque comprendía bien los pensamientos y gustos de su peliazulado mejor amigo.

Kanda se sento en la silla frente a ella, se dejo caer de forma pesada y algo molesto debia intentar relajarse un poco para que no fuera descortes con ella.

Si parece que es muy variado, ¿ya sabes lo que vas a pedir? pregunto kanda mientras miraba hacia los lados dudando si habia algun akuma por las medianas esperando atacarles.
No deseaba que esto ocurriera esto por que estaba algo mas relajado.

Notaba que Kanda se estaba tranquilizando un poco, pese a la mala sensación de que había algún Akuma, como si algo les oprimiese el estómago desde que entraron en la posada. Ella misma experimentaba esa sensación.

SHIHOUIN YORUICHI:- Creo que tempura y té verde. Asimismo hay platos japoneses que nos gustan- objetó la chica mirando el menú con su mejor amigo Kanda, mientras estaba asentada frente a él en aquella mesa reservada para ambos. Cambiando de tema, inquirió brevemente, refiriéndose a lo que ella sentía y de que algún modo sabía que Kanda también, mirándolo a los ojos azabache:- ¿Sientes esa extraña sensación?

Si es una sensacion que me oprime el estomago pero llevo i desde que llegamos a la posada probablemente cerca de aqui alla un par de akumas.

Miro con aires de poca confianza a los lados, desconfiando de todos menos de su compañera Yoruichi su amiga de la infaca.
Un camarero s acerco mientras el miraba hacia todos los lados.
¿Ya saben los señores que van a comer?

Escuchó a Kanda atenta y comprensivamente, aunque antes de responder llegó el camarero a tomar nota de lo que quierían de cenar.

Como cada uno pidió lo que deseaba, el camarero retió las cartas tras hacer una leve reverencia respetuosa, tras lo que se fue a ordenar a los cocineros el pedido.

SHIHOUIN YORUICHI:- Hmm.. Ya veo.. ¿Crees que deberíamos patrullar esta noche con el equipaje hecho ya para partir mañana temprano? No me da muy buena espina esa posada, ni lo que está pasando aún después de lograr la Inocencia- dijo, comprensiva, pues tampoco se fiaba mucho de ese posadero ni de nada que tuviera que ver con Viena.