Ggio se adentró en aquella sala en donde se inscribían para las misiones, una sala casi semicircular, con mucho papeleo que parecía que todo estaba cubierto por sendos mantos de periódico recortados; sí, daba esa impresión, peor no se dejó extrañar por las apariencias. Mas en la alargada y ovalada mesa había un registro con los nombres y tal para pedir una misión en solitario o acompañado, de modo que avanzó hacia donde estaba una chica, que quizás era nueva, para asimismo pedir misión.
GGIO VEGA-Hmm Suena interesante. Pido misión como y donde sea.