Asiente, algo sonrojada por las caricias de su amado Kanda, a quien aún miraba a quellos ojos negros profundos tan bellos como la misma noche y similares a una joya preciosa.
SHIHOUIN YORUICHI:- Así lo haré, mi Kanda-kun - dijo con una sonrisilla de las suyas, aproximando una vez más su rostro al de Kanda, entrecerrando sus ojos azabache, y besándole nuevamente, aunque esta vez más lanzada y decidida a amarlo con toda su alma.