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Tema: Turn Back The Pendulum Sáb Sep 18, 2010 1:18 pm
TURN BACK THE PENDULUM
HISTORIA A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS
Personajes que intervienen: Kanda Yuu, Shihouin Yoruichi y Alma.
Fiction basado en el manga 191 de DGM
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CAPÍTULO 1
Amanecía otro día mas. Era primevera, aunque hacía un poco de frío que entraba por una de las ventanas. Tres niños, dos chicos y una chica, los tres morenos. Uno de ellos lo llevaba corto y un poco desordenado, y los otros por los hombros, un poco largo tal vez.
Yu Kanda y Yoruichi Shihouin, los dos niños que poseían el pelo moreno hasta los hombros eran los más serios y al parecer siempre estaban juntos, por tan parecidos caracteres, y sin embargo, Alma, el niño moreno de cabello corto y un poco desordenado, era el más feliz y amable y trataba de animar a los dos primeros así como a los demás que habían sufrido del experimento, y cada día intentaba alzar el ánimo de aquéllos dos en los comedores o donde fuese, sin mucho éxito.
La chica había despertado algo sudorosa, con la respiración agitada. Había tenido nuevamente esa pesadilla,.. esa visión... Se tapó los temblorosos labios con una manita, vestida con un pijama compuesto por una sencilla túnica y pantalones japoneses color azul marino, y miró a ambos lados, pues temía que despertara a Kanda y a Alma, que vestían un pijama casi igual que ella. Recordaba lo que los tres eran: el resultado de un experimento de "Segundos Exorcistas", humanos a quienes se le había sometido una Inocencia para sincronizarlos con ella. Habían sido cruel y dolorosamente sometidos a un experimento para obligarlos a ser capaz de sincronizarse con la Inocencia, creando así unos "Apóstoles" artificiales.
- Ché... - Había alguien que asimismo había despertado, Yoruichi viró la mirada consciente de que era su amigo Kanda el que le hablaba, y Alma aún dormía. Kanda parecía tener el mismo problema. Ella le miró a los ojos azabache tan similares a los de ella- ¿No puedes dormir?
- No..- respondió la chica, negando con la cabeza, y no se sorprendió de que el chico revelase una expresión frustada y un típico "Tsk", que equivalía a la mirada azabache de ella y que en cierto modo que mostraba actualmente Kanda cuando estaba frustrado- Parece que tú tampoco puedes ..y lo entiendo - añadió, con un susurro para no despertar a Alma, aunque era evidente no decir nada más. Kanda Yu asintió levemente, y la niña emitió una mirada y rostro comprensivos. Ambos nipones eran los que más se entendían, desde hacía bastante poco.
- Q-Q-Qué tipo más persistente el invierno, maldi-dita sea.. - tartamudeó susurradamente Kanda cruzándose de brazos encogiéndose por el frío, y Yoruichi aventuró al gesto de abrazarlo para darle un poquito de más calor, ya que ella asimismo sentía frío. Kanda se quedó traspuesto, sorprendido por tal gesto, aunque se sentía bien . - ¿Qu-Qué haces?
- Darte c-calor. ..P-Parece que todavía.. persiste el invierno..- le contestó ella susurrándole, pues ella asimismo sentía frío. Kanda asimismo aventuró en abrazarla, lo que hizo, aunque de manera un poco tímida.
En un preciso momento, Alma abrió uno de sus ojos, del mismo color que los de Kanda Yu y Yoruichi.
- Nee.. Es muy de mañana ¿Otra vez dando vueltas?
Rápidamente al escuchar la voz de Alma, que dormitaba a su lado, se separaron, por timidez.
- No importa. ¿Te despertamos?- inquirió Yu, aunque Yoruichi le llamaba Kanda, por respeto hacia él.
- No pasa nada ^^.- dijo con una amable y simática sonrisita- ¿Por qué no dais una vuelta por ahí? - ofreció Alma, suponiendo que ambos no tenían más sueño, lo que en efecto era cierto.
Yoruichi primero fue a ponerse los rojaes negros que le caracterizaban tras unos vestidores, y después le ayudó a ponerle una chaqueta de su talla a Kanda y éste le ayudó a ella a colocarse otra chaqueta, para que no tuviesen frío, aunque las palabras de agradecimiento o similares era bastante extraño en ellos, por las personalidades que poseían. Mas ella era la única capaz de calmarle cuando esa mujer se le aparecía de nuevo comentando algo sobre unos pétalos que se adherían a la vida del mismo Yu Kanda, y pese a que éste a veces le tratara cortadamente, ella ni pestañeaba.
Todos o casi todos los días era así, pese a la insistencia de los miembros de Cuervo a permanecer en aquel pequeño edificio en esa habitación por donde el frío invadía las camas de los niños, con casi la misma rutina. Alma era el más hablador y hablaba muchas veces solo, de muchas cosas, y a Yu Kanda y a Yoruichi, que a la par se sentaban juntos durante los descansos, veían raro esa conducta de su amigo Alma.
A veces, Kanda veía a la mujer de sus pesadillas o visiones, y Yoruichi asimismo era capaz de verla. Estaba claro que las memorias de ambos nipones estaban afectadas de alguna manera, que no recordaban casi su pasado. Cuando Kanda sentía esos dolores insoportables, que eran a menudo calmados por la propia niña, pese a permanecer con los labio y las manos temblorosas, esforzándose por no sucumbir a tal "locura". Alma siempre acudía a ellos y la niña, tímida, explicaba que Kanda no se encontraba muy bien, por no revelarle las visiones que tenía junto con ella, ni el tatuaje que desde siempre marcaba la vida del joven peliazabache. Estaba claro, que ella era muy capaz de guardar secretos a Yu Kanda bajo llave. Hasta sellaron una especie de promesa. Ella le contaba que era del clan Shihouin, una de as Cuatro grandes Casas Nobles de la época y que tarde o temprano debería marcharse.
- No te preocupes, Yoru- le decía serio el chico aquél día, de manera confiante, pues ambos estaban demasiado unidos pese a todo, pese a que la condición de noble le obligaría a abandonar tarde o temprano aquella especie de nido. Se quitó una fina cadena de plata y se la puso a Yoruichi, que estaba levemente ruborizada..- Creo que así estarás más segura cuando estés lejos.
- Gra-Gracias, Kanda- agradeció ella no con cierto sonrojo, miránose la fina cadena plateada, tras lo que se quitó el pañuelo que le cubría la boca y se lo puso con cuidado a Kanda en un brazo. Éste lo agradeció parcamente, y la niña sonrió muy leve.- Desearía que esto fuese una especie de promesa- aventuró a decir la chica, aunque no podía evitar aquel leve sonrojo de sus mejillas. Ya que no poseía el otro pañuelo para tener más libre el rostro, el cual se le iluminó, esbozando una sonrisa que jamás había mostado ante nadie, sólo hacia Kanda, aunque sabía perfectamente cómo eran ambos.
[..]
Finalmente, un día, un maldito día, tras estar a la escucha Alma que tanto a Kanda y Yoruichi tenían que mantenerles congelados o eliminados, se le ocurrió que esa misma noche escaparían, lamentando no poder despertar ni escapar con todos los demás. Era demasiado peligroso, además que el moreno consideraba a Yu y a Yoruichi com sus únicos verdaderos amigos.
Alma escapó esa fría noche con ellos, pese a que los Cuervo fueran avisados de que algún día ocurriría, de que esos tres iban a intentar escapar.
- ¡Sálvense ambos!- les gritaba Alma mientras acudían hacia la salida de la Rama Asiática, pese a saber que el joven Alma estaba siendo roleado por uno de los sellos de un Cuervo.
Pese al dolor que sentían ambos por ver herido a Alma, pese a que Kanda asimismo estaba herido por una de los dardos de Cuervo, no tuvieron elección, antes de que los Cuervos les alcanzaen. Tendría que trazar algún polan y rápido; el pasillo se hacía cada vez más largo ante los pasos que daban, sineod iluiminados tan sólo por las antorchas con llamas anaranjadas y azules.
Yoruichi no aguantaba más, tendría que realizar el acto que estaba pensando, y rápido, por salvar al menos a Kanda, ya que, demasiado tarde era, pues habían alcanzado a Alma con su sello de 'Alas Desertoras'. Dando una volteleta hacia adelante, esquivando otro sello de los Cuervo, se frenó con las zapatillas chinas de sus ropajes. El Cuervo se detuvo, pues la mirada seria y desafiante de la chica, quería significar algo.
- "No se llevarán a Kanda, ¡antes me tendrían que llevar a mí!"- pensó para sí. La chica pensaba que tenía que ser letal a la vez que rápido, y las habilidades cuerpo a cuerpo, aunque, pensándolo bien, no usaría el cuerpo a cuerpo, ya que era desventaja contra un Cuervo. Poseía una mano apuntando al Cuervo; sin que éste se lo esperase, cogió rápidamente dos antorchas que pilló, y golpeó al objetivo con fuerza y causó una humareda. Yoruichi cogió cargando a Kanda a sus hombros y huyó corriendo al exterior con él.
Finalmente pudieron escapar, aún con ese indescriptible peso y dolor, además de angustia, sobre sus hombros. Terminaron de correr hasta la salida, donde los recogieron el jefe Bak Chang y el ciego Noise Marie.. quienes les curaron y "criaron".
.. Y así.. empezó todo. Aunque, tiempo después, Yoruichi, se tuvo que marchar ya que era heredera del clan Shihouin y tenía que prepararse muy a fondo, pese a que siempre estuvo pensando en Kanda, siempre guardaba la fina cadena plateada que poseía regalo de él, que, de hecho, Kanda nacía un 6 de Junio y Yoruichi, la futura líder de la Milicia y Comandante Suprema de las Fuerzas Especiales, nacía un 7 de Junio, un día después que Kanda, por lo que aquellos regalos, no eran meros presentes, sino el sello de una valiosa promesa.
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Última edición por Shihouin Yoruichi el Miér Jun 27, 2012 8:46 am, editado 7 veces
Uchiha Kodoku Exorcista Nivel Maximo
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Tema: Re: Turn Back The Pendulum Sáb Sep 18, 2010 2:18 pm
Personajes que intervienen: Zhou Chan, Froi Tiedoll, Yamamoto Genruyuusai, Ejecutor de la Milicia Ejecuitora, Shihouin Yoruichi
Historia original. Personajes del capíotulo anterior y otros de DGray-Man y Bleach. ----------------------
CAPÍTULO 2
Durante los años fue pereccionando su técnica, hasta convertirse, a los 13 años de edad, en Capitana del Segundo Escuadrón, Comandante Suprema del Cuerpo Secreto y Comandante en Jefe de la Milicia Ejecutora, cargos que, por tradición, eran tomados por un Shihouin.
Según la historia, ya habían habido ventiún líderes antes que ella, casi todos hombres y alguna que otra mujer.
- ¡Taicho! Alguien desea verla- Uno de los Ejecutores había hablado.
El Ejecutor había entrado en la sala, en cuyo final del pasillo, asentada en un trono al estilo japonés verde con rebordes en granate, y donde la figura tomaba té verde en una mesilla al lado del trono, estaba la propia Yoruichi. Estaban en una enorme sala, posiblemente de la Sede de la Segunda División, en Edo, y en una dimensión paralela puesta en secreto con magia secreta de la época muy poderosa.
Yoruichi, ataviada con ropas de Capitana y Comandante Supremo del Cuerpo Secreto y Comandante en Líder de la Milicia Ejecutora, caracterizado por la ausencia de tela en hombros y brazos, alzó fría y vagamente la mirada hacia el Ejecutor que se hallaba frente a ella, en la entrada junto a otro de los Fong, Hotaru Fong, la familia directamente ligada a los Shihouin y cuyos miembros eran sus guardaespaldas.
Las paredes, de un tono pálido, estaban adornadas por símbolos de la Divisón, y del techo tebndían unas banderas blancas adornadas con el símbolo de las Fuerzas Especiales. El suelo del alargado pasillo estaba cubierto por una alargada alfombra granate con bordes verde oscuro. El trono donde se asentaba la peliazabache Capitana, cuyos ojos emanaban una energía más fría y severa de la que en un pasado se presentaba, era de los mismos colores que la alfombra, y hecho de madera de roble, brillantemente barnizado y con un cojín color carmín, al igual que el que donde se asentaban los demás.
El joven Ejecutor dio a entender, pese a la fría y severa mirada de sui jefa, que ésta había dado permiso. Entró entonces un hombre, uno de los más famosos herreros, y con él traía una kodachi, tras lo que el hombre se arrodilló a un paos del nivel superor donde estaba asentada la joven Capitana.
- ¿Y bien?- Inquirió ella con una voz grave que nisiquiera mostró hace unos años, sin una pizca de emoción en su rostro. No llevaba el pelo corto como hace unos cinco o seis años, sino que le había crecido, y se lo anudó en dos mechones trenzados en telar blanco y del extremo de cada una se hallaba una anilla dorada. A su lado mantenía una taza de té verde, bebida que desde hace poco le gustaba, y unas pastitas de pescado.
- Me llamo Zhou Chan, soy un herrero que conoce algunos de los secretos de los Armeros Sagrados, los Shihouin, de vuestra familia y vuestros antepasados.- respondía el hombre, y le tendió la kodachi, envainada en una saya añil, la tsuka o empuñadura era color amarillo y la tsuba o guarda poseía una forma similar al caparazón de un insecto. La jefa se levantó, alzándose cuan alta era, y tomó de las manos del herrero Zhou Chan- Le fabriqué esta espada a pedido de uno de sus progenitores..
La Capitana se guardó la espada a las espaldas, de forma horizontal, como era tradicional en las Fuerzas Especiales.
- ¿Por qué ahora?
- Lamento no poder responder a esa pregunta, mi señora.
[...]
Al año siguiente, a los catorce años, en la misma ciudad de Edo un extraño suceso ocurría, había alertado al Seireitei, la sede de los Ninjas, en una dimensión paralela y diferente al Edo actual. Yamamoto Genryuusai llamó personal y directamente a Shihouin Yoruichi, quien se presentó puntualmente, en el acto, al segundo, en el despacho del Comandante General.
Yamamoto poseía el aspecto de un anciano venerable, completamente calvo y con una larguísima barba cana trenzada con un cordel de color morado, que le llega hasta la cintura. La mayor parte del tiempo está con los ojos entrecerrados, abriendo uno o los dos sólo cuando se pone particularmente serio o algo llama poderosamente su atención. Por encima de ellos Yamamoto posee unas pobladas cejas, que caen a ambos lados enmarcándole un rostro surcado de arrugas. A primera vista, se intuye en el Comandante General del Gotei 13 cierto aire desvalido, al apoyarse constantemente en un grueso bastón y estar ligeramente encorvado, pero esta idea no podría estar más alejada de la realidad. Debajo de su uniforme, Yamamoto cuenta con un cuerpo inesperadamente musculoso, surcado por numerosas cicatrices, seguramente señales de batallas pasadas. En su frente son visibles dos de estas cicatrices, que se cruzan de forma perpendicular. Al igual que los demás del Gotei 13, Yamamoto viste el shikakushō (un traje compuesto por kimono y hakama encima de una faja blanca interior y un sash color blanco) negro, en su caso sin ninguna customización. Por encima de él luce el haori blanco propio de los capitanes de división, que en su caso es de mangas largas y lleva a su espalda a modo de manto, en lugar de vestirlo. Calza unos calcetines tabi con un calzado tradicional japonés. Siendo con diferencia el capitán que más tiempo lleva en el cargo, y además tratándose del líder incontestable de todo el Gotei 13, Yamamoto es un Ninja increíblemente estricto e inflexible, que sigue las normas y las leyes al pie de la letra. De la misma forma que él acata las leyes, espera que todos los demás hagan lo mismo, hasta tal punto que considera que cualquier desviación del comportamiento que él considera adecuado, pasa a convertirse en una insubordinación que merece ser castigada. Pese a su apariencia frágil, ante la posibilidad de una traición Yamamoto reacciona con enorme celeridad e inesperada furia, que transmite también en su forma de combatir agresiva y destructiva. Debido a su dilatada experiencia, es una persona muy difícil de sorprender, aunque siempre que esto se consigue, se puede ver fácilmente reflejado en el hecho de que abre uno o los dos ojos, con curiosidad. Consciente de su poder y su superioridad, aun por encima de todos los demás Ninja, Yamamoto no tolera ni una sola palabra después de haber tomado él una decisión sobre cualquier aspecto, y logra infundir un innegable respeto no exento de temor y veneración.
- Gracias por acudir tan rápidamente a mi llamado. La he llamado de inmediato para encomendarle una misión, Shihouin Taicho. En la ciudad de Edo han comenzado unos extraños sucesos. Objetos pequeños y ligeros toman forma de aguijones, además de atacar a ciertas personas. Además, hay que destacar la aparición de unos pequeños monstruos que sólo dejan las ropas de las gentes cuando atacan. Su maestro está en la plaza central de la capital, esperándola. Presiento algo bastante extraño, Shihouin Taicho. Ruego que marche durante un tiempo y cada mes me envíe informes. Tengo una ligera sensación de que no nos veremos en mucho tiempo.
- Hai. Partiré de inmediato. Con su permiso.- Y desapareció inmediatamente después de las palabras del anciano y severo Comandante General.
El maestro de la Capitana, un hombre ya entrado en años, yacía acostado en la entrada de uno de los callejones. La Capitana acudía en pos de su maestro, el cual estaba gravemente herido y posiblemente cercano a la muerte, ante la seria y fría mirada de la Capitana. Marchó a investigar hasta el día siguiente, cuando el maestro recibió un único disparo que sería su último suspiro y el fin de su vida, y Yoruichi regresó en el lugar donde yacía su maestro.
- No puedes salvarlo- dijo entonces una voz masculina. Yoruichi giró de refilón la vista. Era un hombre con rizada cabellera café grisácea, casi desválida, con lentes y un traje negro y dorado, lo que atraía las miradas de esos monstruos. A las espaldas poseía lo que parecía un estuche con un cuaderno y carboncillos. Algo en la blanca mano del hombre, una cosa pequeña, brilante y de color verde pálido, reaccionando ante la chica, posiblemente- No te asustes. Es Inocencia, la voluntad cristalizada de Dios. Y tú eres una de sus elegidos para luchar contra la Oscuridad-La chica no dijo nada al respecto, desconfiaba de ese hombre desconocido. No obstante, no estaba sólo, un Kanda Yuu de catorce años aparecía tras el hombre, que se presentó fraternal y amablemente como Froi Tiedoll. Kanda Yuu había crecido en estatura y le había crecido un poco el pelo, un poco menos que a la Capitana en estos últimos años. Un par de monstruos flotantes aparecían tras ellos tres, una vez que el cueerpo del maestro hubiera desaparecido en cenizas. Froi Tiedoll sacó de sus ropajes una cruz y un cincel, los cuales le permite invocar y manipular el arte de sus creaciones que fueron dadas por el en forma real para proteger a quienes están con el a la ves atacar a los akumas y destruirlos como si fuesen hechos de cerámica seca.- Maker of Eden (Creador del Edén o Fabricante de Edén)- El dibuja un martillo y un clinch o chisle, creando un trabajo del "arte" de la tierra cuál, alternadamente, crece a hasta convertirse en una gran criatura blanca, la cual se asemeja a una muñeca, que embistió a los monstruos derrotándolos en una explosión mientras el trozo de Inocencia fue a pararse dentro de la misma espada de la Capitana.
Aunque, no mucho más tarde, cuando los tres iban a salir de la ciudad, otros dos Akuma se presentaron obstruyéndole el paso, lo que Yoruichi empuñó su kodachi que hace poco hicieron para ella, de forma horizontal e inversa como si se tratara de una daga o un puñal. No les iba a permitir destrozar nada más de la ciudad de Edo, mas aquélla era donde seguramente nacieron Kanda y Yoruichi.
- Tch... Menuda mierda. Las chatarras del Conde siempre vienen a darse una fiesta, igual que nosotros ¿eh?- comentó Kanda irónico y sarcástico.
La mirada de la Capitana se ensombreció aunque sonrió de medio lado, al parecer dispuesta a cumplir su misión, por muy difícil que le pareciera.
- Ya ves, Kanda. Aunque.. me es igual cómo, cuándo y lo que intenten.- comentó la Capitana- Acabarán sucumbiendo como moscas- Kanda se sonrió leve a sí mismo al ver la fría determinación de su mejor amiga, y lo mucho que había cambiado, así como algunos comentarios sarcásticos e irónicos.-
- De éso hay que estar seguro- comentó el General Froi Tiedoll. Pronto se dispusieron a la defensiva, pues los Akuma comenzaron a emitir una loz violeta desde sus cañones.- Creo que te podrás encargar tú misma, ¿no, Yoruichi-chan?
- Ahí vienen..
INNOCENCE... HATSUDOU!!
- Con mucho gusto.. Jinteki Shakusetsu (尽敵螫殺, Pica/Aguijonea a los enemigos hasta la muerte), Suzumebachi- Pronunció Yoruichi al sentir que su cerebro le pedía esas palabras para activar la Inoencia de su kodachi, a la vez que mantiene la misma con la mano derecha y ésta empieza a emitir un suave zumbido. En su primera liberación, Suzumebachi adquiere la forma de un pequeño aguijón dorado que cubre el dedo corazón de la mujer, así como un brazalete del mismo color que se ajusta a la muñeca de su usuaria, y se une al aguijón con una delgada cadena. Decorado con motivos horizontales dorados y negros, el priner nivel se ajusta perfectamente al nombre de la espada. En su primer nivel, Suzumebachi es idónea para el estilo de lucha especializado en las distancias cortas de Yoruichi, mostrando además unos poderes que convierten a la joven Exorcista en una peligrosa enemiga. Se desplazó con pavorosa velocidad hacia los Akuma utilizando su Agilidad, disciplina obligada entre los Ninjas. Al perforar Suzumbeachi a un enemigo no suele dejar una herida muy profunda, pero marca la zona de ataque con un sello negro con forma de mariposa denominado Hōmonka (蜂紋華, Emblema de la Abeja). Si Suzumebachi vuelve a impactar en el mismo lugar marcado por el centro del Hōmonka, el adversario quedará en un estado cercano al coma, debido al veneno de Suzumebachi. Aunque la duración de los Hōmonka no suele superar la hora y media. Además, esta terrible habilidad no sólo se produce al golpear al enemigo en el mismo punto dos veces, sino que es efectiva en toda la superficie corporal que haya entrado en contacto con Suzumebachi, por profunda que haya podido ser la herida.- Nigeki Kessatsu (二击 决杀, Muerte en Dos Pasos).La habilidad principal de esta arma.