Misión 1: Los acontecimientos en Sydney

El barco en el que nos encontrábamos, iba de rumbo a la ciudad vecina de Sydney, Sutherland. A lo lejos se podía apreciar partes de aquella ciudad y de su puerto. Estaba acostado disfrutando del sol que me daba directamente en la cara, me encontraba con el ojo cerrado y un libro apoyado en parte de mi cara cubriéndome la boca y la nariz. De vez en cuando lo abría para observar el azulado mar que provocaba que unas gotas saltaran mojándome un poco las botas. Estaba en cubierta con la chaqueta tirada en el suelo junto a la bufanda, esta vez naranja, la bandana estaba bajada y el pelo moviéndose de un lado para otro gracias a la brisa marina.

Que agradable…

Conseguí decir después de tanto relajarme, había perdido de vista a Panda, cuando zarpamos se encontraba junto a mi pero últimamente no le había visto el poco pelo que tenia merodeando por allí haciendo una de sus constructivas criticas.

¿Donde se habrá metido este? Seguro que le esta dando la lata al capitán o al buscador.

Lo primero que quería era llegar y después almorzar algo, que después de siete horas sin comer lo que menos me apetecía era registrar la zona con el estómago vacío. De repente note como alguien me tocaba el brazo repetitivamente intentando que despertara.

Señor exorcista, ya hemos llegado a puerto por favor, haga el favor de levantarse.

Escuchaba la voz del buscador que nos acompañaba, hasta que dejo de insistir y con la misma se puso delante de mí y me dijo con un tono bastante enfadado.

Lavi…que se que estas despierto, tu decides o te levantas o te levanta Bookman.

Abrí el ojo incomodo, me levante rápidamente de un impulso y me senté.

Venga no seas así, que es un lugar genial para disfrutar del sol, de la playa y del perfecto clima.

Me levante gracias al buscador que me cojio por el brazo y tiro de mi hacia arriba. Desde ese esfuerzo camine detrás de el, dejando atrás bufanda y chaqueta incluida.
Bajamos del barco los dos, y por mucho que buscaba con la mirada no conseguía encontrar al viejo. Guardábamos silencio hasta que mi estomago comenzó a reclamar el codiciado almuerzo que tanto esperaba.

Off Rol: Cambio a Bookman.

Hacían cuatro horas en las que zaparon, Bookman se encontraba sentado junto a un buscador en uno de los espaciosos camarotes. Jugaban tranquilos al ajedrez, el buscador no contaba que el viejo tenía mas de un as en la manga.

Jaque Mate – pronuncio con su voz seca, rompiendo el silencio.

Vaya, se le da genial…- dijo el buscador entre dientes buscando alguna manera de salvar a su rey que se encontraba en medio del camino de la reina y los alfiles de Bookman.

Bookman sonrío maliciosamente, mientras el buscador lo dio todo por perdido y de un gesto sin buscar otra salida cojio su propio rey y lo tiro al tablero. Ambos repitieron la partida para hacer la final. En cambio Bookman volvió a ganar, los dos se sentaron en sus camas individuales de color dorado bastante llamativo. La habitación era de un color rojo claro y las cortinas casi del mismo color solo que mas oscuras y aterciopeladas ambas.
Se oían pasos por el pasillo, y Bookman miro fijamente a la puerta, de pronto entro el capitán del barco.

¡Exorcistas bienvenidos a Sutherland!

Bookman se levanto y asintió con la cabeza para darle las gracias al capitán por la afable bienvenida, siguió por el pasillo mientras el buscador se quedaba atrás.

Yo iré a la cubierta a por Lavi

Dijo el buscador mientras salía de la habitación y se dirigía al lado contrario, Bookman se paro en seco y pensó un momento que podría ser lo que estaba pasando en aquel lugar.

Puede tratarse de akumas o tal vez la inocencia este provocando algo. Sea lo que sea para hacer suposiciones necesito información antes.

Dio media vuelta comprendiendo que el buscador tuviera problemas al encontrarlo.

Solo da problemas…

Camino un poco y llego a cubierta donde el sol le obligo a cerrar los ojos por demasiada luz, en el suelo se encontraba la bufanda naranja del chico junto con la chaqueta oscura de la orden también había un libro pequeño de titulo “ La profecía de las hermanas”
Bookman lo recogió todo ofendido y echo una ojeada a la parte posterior del libro.

Como le podrán gustar estos libros…

Dijo algo sarcástico y salio del barco. Nada mas bajar están Lavi y el buscador mirando hacia el mar y no se percataron que el hombre ya estaba en tierra.
Bookman le lanzo las cosas a Lavi al suelo replicando.

Dejas todo tirado y luego dices que pierdes las cosas, eres un desastre.

A continuación se dirigió al buscador.

Disculpa, pero ¿donde se suponía que cojearíamos el tren hacia Sydney? – Dijo algo preocupado por que había perdido la noción del tiempo.

Todavía falta una hora podríamos pararnos a comer algo mientras – le contesto el buscador con la mano en la barriga.
Bookman asintió y comenzó a caminar, vio un restaurante y entro.
Era parte de un hotel solo que este estaba separado del mismo allí comenzaron a pedir. Este se pidió un Ramen y te rojo. Comía pacíficamente sin molestarle ni siquiera una mosca hasta que un ruido desmorono su tranquilidad

Escuchaba la reprimenda de mi viejo mientras recogía mi chaqueta y la metía dentro de una mochila que llevaba el buscador a parte. Este me miro algo mal y yo solo me limite a sonreír y a caminar detrás de ellos dos. Llegué a duras penas al restaurante, se nos acerco una camarera para tomarnos nota. Panda pidió su Ramen, el buscador y yo decidimos probar algo variado y típico de allí como el Meat pie.
Estaba callado de tanta hambre que tenia hasta que a mitad de la comida un fuerte ruido hizo que mi tenedor cállese a mitad del plato.

¿¡Qué ha sido eso!?

Pregunte asustado a Panda que estaba en el mismo estado que yo. Salí corriendo hacia fuera, una cantidad desmesurada de akumas andaban atacando unos de los barcos que se dirigían a Sydney, y entre ellos el que habíamos perdido.

¡Maldición, es que estos desgraciados están en todas partes!

Dije bastante enfurecido desprendiendo el martillo de mi pantalón.

¡Inocencia activada! ¡Ōdzuchi Kodzuchi!

Alrededor del martillo con solo pensarlo comenzaron a aparecer los kanjis girando entorno a el. Agarre el martillo y salte golpeando uno de ellos, el kanji apareció de pronto debajo de ellos.

¡Raitei Kaiten Ten ban!

Pronuncie claro y alto. Sobre aquellos akuma el cielo comenzó a nublarse rápidamente y varios rayos con una potencia increíble cayeron encima de ellos destrozándolos y sin darles oportunidad de atacar. Nada más terminar con el ultimo akuma el cielo se despejo rápidamente de nuevo. Y los gritos de la gente en los barcos cambiaron por victoreo. Uno de los barcos que se dirigía hacia Sydney atraco en el puerto que teníamos bastante cerca. Nos dirigimos hacia ellos para asegurarnos que todos estaban bien.
Un marinero nos ofrecio llevarnos en el barco hasta Sydney, sin dudarlo ni un segundo acepte sin tener en cuenta la opinión de mis dos acompañantes.
Subimos y zarpamos mientras nos dábamos cuenta que algunos akumas habían conseguido evitar mi ataque y se dirían a Sydney a gran velocidad.

Off rol: Cambio a Bookman

Bookman sobresaltado corrió hacia fuera del restaurante, una cantidad enorme de akumas emergía del mar dirigiendo su mirada hacia los tres. Cuando este se disponía a atacar Lavi se le adelanto, eso frustro mucho a Bookman que decía casi susurrando.

Mocoso bocazas…

Uno de los barcos se dirigió a puerto, les invitaron a continuar por mar en su embarcación hasta su lugar de destino, Bookman no abrió la boca para nada cuando se le adelantaron al contestar. Este bastante mas enfadado que antes se subió al barco refunfuñando algo entre dientes. En cambio el buscador se había quedado en tierra ya que según el lo peor ya había pasado. Bookman miraba todo el rato el mar intentado distraerse de la presión que le ocultaba a su acompañante. Serio y callado, se dispuso a bajar del barco en cuanto llegaron. No parecía haber rastro de algún akuma.
Bookman se limitaba a caminar y a observar todo detalle.

Lavi no te parece extraño, hace un momento esto estaba lleno de akumas.

El hombre continuo su camino adentrándose en la ciudad desconocida, sumergido en sus pensamientos.

Prepárate para luchar, creo que ya nos localizaron ellos a nosotros.

Entre la travesía del barco continuaba bastante callado, el silencio de panda me resultaba bastante abrumador respecto al de los demás pasajeros que miraban aun mi martillo apoyado en mi hombro. Me gire con una sonrisa para intimidar y lo único que hice fue que me acusasen de akuma. Nos bajamos del barco después de la revuelta en este, que si no llevaba chaqueta como que era exorcista, que si tal y cual.
Comencé a seguir al viejo por las calles de la ciudad, no se notaba a penas el aire pero el sol era totalmente mortal, podía llegar a sentir que te quemaría si te quedaba quieto. Mis botas me quemaban por debajo y por eso no podía evitar adelantar a Panda.
De pronto comenzaron a salir un grupo de personas, todas nos miraban fijamente sin parpadear. Panda comentó.

¿Como? ¿Akumas? Yo no veo akumas...Ahh ahh la edad hombre...si es que ya se nota...

Dije mofándome de el, me acerque a una mujer y comencé a hablar con ella sin obtener respuesta.

Hey disculpa, ¿hay alguna fiesta o alguna reunión por aquí? ¿A que viene tanta gente?

No seran...El viejo esta en lo cierto

Dije retirándome hacia detrás y activando de nuevo mi martillo.
Comenzaron a salir de los cuerpos humanos destrozándolos y diciéndose levitando hacia nosotros.

¡Calculo que hay sobre unos veinte, a mitades!

Dije escachando a uno con el enorme martillo.

Off rol: Cambio a Bookman

Bookman intentaba hacer oídos sordos a las continuas burlas del chico. Pero no podía evitar el ceño fruncido de su cara al escucharlo con aquellas palabras estupidas y propias de Lavi.
Siguió observándolo con cara irónica y pensó.

Hasta cuando estará este preguntando al akuma...

Una nube consiguió hacerle sombra a parte de la plaza donde se encontraban, las calles eran de piedra gris oscura casi negra, la coleta de Bookman se mecía con el poco viento que soplaba en la calle. Sus ojos estaban centrados en las supuestas personas del pueblo inertes y aparentemente paralizadas.
Estupido...

Consiguió decir Bookman al oír las palabras del joven cuando impactaba contra uno de los akumas que aparentemente era una mujer de mediana edad.


Agujas de la Divina protección: Crimen este

Spoiler:

De repente un montón de agujas cubrieron a Lavi tras acabar con el akuma.

No seas imprudente - dijo el hombre al chico tras atacar al akuma mas traicionero que iba por su espalda.

Hechizo de agujas: Crimen norte

Spoiler:

Un montón de agujas salieron disparadas hacia varios akumas en especial al que intento atacar al chico desprevenido. Bookman sonrío un poco y pronunció.

Parece que el conde ordeno a los akumas registrar este pueblo en busca de una falsa inocencia, por que los Ciclones no son propios de este lugar, es verdad. Pero de vez en cuando ocurre alguno. Tu y yo estuvimos por aquí hace unos años Lavi....
Tras estas palabras el escudo que envolvía al chico desapareció y Bookman continuaba esperando a que este acabara con el resto.

De repente un escudo de agujas me envolvió, evitando que recibiera un ataque inesperado por la espalda. Era la inocencia de panda lo que me había salvado de aquel golpe. Suspire bastante mas tranquilo, intentando recuperarme del susto.
Escuche como pronunciaba su técnica, y los gritos de varios akumas al ser destrozados por las agujas. El escudo se desasió en un abrir y cerrar de ojos me encontraba frente a unos diez akumas.

¡Me toca!

Dije mientras gritaba otras palabras continuas.

¡Mas, mas, mas, mas, maaas!

El martillo se hizo tan grande que formo una sombra encima de las cabezas de todos los akumas, ninguno se quedaba fuera. Uno de ellos se dirigió hacia mi era una niña pequeña.

Por favor no me mates yo no soy un monstruo.

Dijo llorando a lagrima viva.

Lo siento, no tengo el ojo de Allen pero tu brazo es un arma de akuma, a mi no me engañas.

Se escucharon gritos mientras el martillo escachaba a todos aquellos de un solo y limpio golpe.
El martillo volvió a la normalidad, me gire y le sonreí a Panda satisfecho.

Ya podemos volver a la Orden Panda-Jiji, aunque en barco no será por que me tomaron por akuma...

Lo siento, no tengo el ojo de Allen pero tu brazo es un arma de akuma, a mi no me engañas.

Pronuncio el chico, mientras acababa con ellos sin la mas minima duda. Bookman impresionado por la enorme frialdad mostrada en combate sonrío levemente devolviéndole la sonrisa, a pesar de su calificativo. Comenzaron a caminar adentrándose en la ciudad uno al lado del otro. Bookman iba bastante serio y con paso firme y decidido.

No estoy seguro de que haya habitantes en esta parte de la ciudad - Anuncio a su compañero.
Debemos ir a la Estación de trenes para coger el que nos llevara de nuevo a puerto.

Continuaron caminando, y todo lo que encontraban eran destrozos de por donde habían pasado los akumas.
Parecía una ciudad fantasma, desértica.
Decidieron pararse en un banco, Bookman no se relajo ni un momento, quería continuar.

Continuaba el paso siguiendo a panda por las calles de la ciudad, eso me recordó unos antiguos registros que solíamos hacer en plena guerras. El sufrimiento de pensar que el virus akuma se había extendido por todo sus cuerpos de aquellos que sufrían por proteger sus vidas y las de sus familias.

Llegamos tarde...

Conseguí decir a duras penas, tras ver aquella caótica parte de la inmensa ciudad. Nos sentamos en un banco algo caliente de metal, el sol abrasaba. Me levante decidido y continúe caminando por aquellas calles. Vi un cartel en el comienzo de una y lo decidí leer en alto:
"Estación de trenes, 500 metros"
Ya estamos cerca.

Dije casi sin respiración, en una de estas comencé a romper el silencio que me rodeaba.

Bueno...¿Como crees que estará el buscador?

A lo lejos se veía claramente la estación, corrí un poco hasta llegar a ella. Un hombre estaba allí también. Nos observaba a ambos mientras nos acercábamos cansados y tal vez un poco fatigados.

Off rol: Cambio a Bookman

Bookman pensaba sin motivo solo por imágenes y recuerdos pasados que pasaban fugazmente por su mente. Claramente aquella gente le estaba afectando. Continuaron caminando, después de pararse por decisión del chico. Bookman se mantenía callado y distante, hasta que Lavi entablo conversación.

Bueno...¿Como crees que estará el buscador?

Bien, espero ahora el caso es llegar nosotros - contesto muy serio y poco abierto a mantener el tema.
Bookman diviso en la estación un hombre que se encontraba de pie, a medida que se fueron acercando se podía ver su aspecto físico.
Era un hombre alto y enjuto, de pelo lacio y mejillas hundidas. Ojos oscuros al igual que el cabello.
Saludo a los exorcistas y permaneció de pie con un aire elegante, dándole vueltas a unas llaves entre las manos.

Bienvenidos - dijo aquel hombre - Pasen al tren, 3er vagón contando desde el final.

Su voz era aguda y bastante estrambótica.

De acuerdo - comento Bookman, severo.

Nada mas escuchar la voz de aquel hombre me daban unas ganas de reírme inevitables, lo mantenía como podía intentando parecer alguien igual de serio que el viejo.
Con una sonrisa algo burlona, acabe entrando al tren.
El tercer vagón era de los de primera clase, aunque no se notara demasiado.
Me levante de mi sitio e inmediatamente el tren se puso en marcha hacia Sutherland, mire a mi viejo y le dije mientras me dirigía fuera.

Voy a dar una vuelta por el tren, todavía queda un buen rato para llegar así quee...

Dije saliendo sin que el aprobara que me fuera del vagón, comencé a caminar, los vagones de primera clase no había nadie. Pero para mi sorpresa en los vagones normales se encontraban varias familias que se trasladaban a la ciudad vecina por que sus casas se habían convertido en un montón de escombros.

No puedo soportar ver esto.

Pensé para mi mismo, continúe por lo vagones llenos de dolor y lagrimas desesperadas por la perdida de algún miembro de las familias o tal vez de la familia entera.
Vecinos se ocupaban de niños que habían quedado huérfanos con aquel ataque.
Volví corriendo a mi vagón, sumergido en la tristeza de aquella gente, no lo podía evitar.

Si panda me ve asi, me va a golpear por ser parte de la guerra.

Dije sentándome en el suelo al lado de la puerta de nuestro compartimiento.

Off rol: Cambio a Bookman

Entre con Lavi en el vagón, este entre risas y cachondeo intentaba superar la voz del hombre que nos había recibido. Nada mas sentarse se volvió a levantar y sin dejar a Bookman que hablara se dirigió hacia la puerta saliendo.

Mocoso inmaduro...

Bookman se abrió la chaqueta, esperando encontrar un pequeño libro dentro, y eso fue lo que obtuvo. Un libro negro, con portada aterciopelada edición de bolsillo. Comenzó a leer emergido en la lectura. Así paso el tiempo y Lavi no aparecía. Hasta que escucho unos pasos bastante fuertes dirigiéndose a velocidad al compartimento con ellos unas palabras y un golpe.

Si panda me ve así, me va a golpear por ser parte de la guerra...

Bookman se mantuvo en silencio, sabia que aquel que estaba apoyado en la pared por fuera era Lavi. Y si le decía algo iba a ser peor que no decirle nada y hacer como si no lo hubiese escuchado.
Tranquilo continuo leyendo, las palabras de aquel habían cesado y no se movía del sitio.
Bookman desesperado abrió la puerta mirando para la derecha.

Lavi ¿Vas a entrar o te vas a quedar vigilando?

Dijo mientras lo observaba de arriba a bajo el bajón de animo que había pegado en tan poco tiempo.

Estamos llegando no obstaculices los pasillos, idiota...

Lavi ¿Vas a entrar o te vas a quedar vigilando?

Dijo friamente mi viejo que me observaba desde la puerta.

Me quedare aqui.
Conteste bastante convencido poniendo la cabeza entre las rodillas y brazos.

Estamos llegando no obstaculices los pasillos, idiota...

No obstaculizo solo le pongo el toque Lavi a la pared

Dije riendome al fin y olvidandome de la desgracia que sufria aquella gente. El tren se paró de repente. Eso provoco que todo mi cuerpo acabara contra el suelo. Me levante y salimos corriendo a mirar por una ventanilla haber que ocurria.

Panda hemos llegado, pero ese frenazo no ha sido un poco repentino y poco prudente. En este tren hay mas gente...

Mire al viejo con mi ojo esmeralda preocupado por los demas, y volvi a salir corriendo esta vez con el pequeño martillo entre las manos.

¿Estais todos bien? ¿nadie se ha echo daño?

Pregunte a las personas que se encontraban sentadas aparentemente bien, conseguimos salir del tren, gracias a mi martillo.
La gente salio una por una rapidamente.

¿Akumas?

Dije mirando fijamente a Panda cuando el tren exploto por nuestro compartimento.

¿Pero no se suponen que los habiamos destruido todos?

¿Toque Lavi?

Repitió Bookman extrañado mirando hacia el chico con mala cara.
Este siguió a Lavi hasta un agujero que abrió el mismo, por donde salía la gente apurada y rápidamente, era tan estrecho que salían uno por uno. Bookman salio el ultimo tras una mujer con su hija bastante pequeña. Tendría sobre unos dos años.
Al principio Bookman no le presto mucha atención, pero al explotar su vagón la niña no se asusto para nada.

Aun es tan inocente...

Tras salir corriendo hacia Lavi encontró a unos akuma, amenazando al buscador que este saco un cristas que los detuvo y encerró en una especie de barrera que ya había visto antes el hombre. Los akumas de nivel 1 chocaban contra las paredes que formaba el reflejo de aquella luz intentado romperlo.
Poco a poco se iban formando grietas enormes, hasta que se termino por romper.

¡Sal de ahí! - Dijo Bookman alterado gritando con todas sus fuerzas.

Lavi yo protegeré a la gente de la ciudad y tu encárgate de que al buscador no le pase nada y destruye a los akumas - Dijo levantando la cabeza para mirar de frente a frente al joven.

Agujas de la Divina protección: Crimen este

Spoiler:

Las agujas cubrieron a toda la gente he incluso al buscador, para darle tiempo a Lavi a que se reincorporara a la lucha.

¡Venga muévete no te quedes mirando!

Se oían gritos de pánico de mujeres y niños y algún hombre que descontrastaba por ahí.
Se mantenían detrás de las agujas aterrorizados pensando que llegaría su final en breve.
Bookman se mantenía firme y no se dejaba influir por los llantos desesperados de aquella gente.

Panda realizo su defensa como siempre perfecta, ahora me tocaba a mi darles caña a aquellos bichejos que molestaban en cada momento, cada vez menos adecuado.

Realmente esto es bastante molesto

Dije dirigiendome, hacia el escudo de agujas bastante afiladas y bien unidas entre si, del escudo se escucharon unas palabras aparte del jaleo que montaban los niños asutados y algunas mujeres.

¡Venga muévete no te quedes mirando!

Si no me quedo mirando Panda-jiji ya tenia hasta el martillo sacado

Dije molesto.

¡Inocencia activada!

El martillo se agrando un poco, coji su tamaño normal al activar la inocencia, solo pensandolo comenzaron a girar entorno al martillo los Kanjis de nuevo.
Cada vez mas rapidos, en circulos y rodeadome a mi tambien.

¡Gouka Kaijin! ¡HIBAN!

Fueron las ultimas palabras que pronuncie antes de que una enorme masa de fuego quemara la mitad del tren y destrozara a todos los akuma haciendolos explotar en el acto.

Bookman desasio el escudo de agujas tras escuchar las palabras de Lavi.

¡Gouka Kaijin! ¡HIBAN!

Bookman se sentia bastante orgulloso de la mejora que le vio a Lavi en cuanto agilidad y ataque. Una pequeña sonrisilla mostro durante unos breves segundos. Satisfecho escucho como la gente nos victoreaba y observaba como Lavi se alagaba poco a poco.
El buscador se acerco a Bookman y le comento:

Bookman-san debemos cojer el barco antes de que se nos vuelva a escapar.

De acuerdo - Dijo Bookman cojiendo a Lavi por el brazo y sacandolo de entre la multitud que se despedia agradecida.
El barco estaba a punto de zarpar, pero consiguieron llegar todos a tiempo.
El buscador saco unas dos cajas con adornos japoneses y flores de cerezo en su exterior. Eran unas cajas de almuerzo con arroz y comida variada.

Es que cuando me quede atras descubri un restaurante japones y decidi comprarles algo, ya que no les dio tiempo de comer a ninguno de los dos - Dijo el buscador con una sonrisa y los ojos cerrados ofreciendoles las cajas

Gracias - Dijo bookman recibiendola y mirando como Lavi entraba en el barco comiendo sin ni siquiera sentarse.

Este chico...

Dijo Bookman entre dientes cojiendo la mochila de Lavi que cargaba el buscador. Estaban todos en el barco y Bookman acompañado de el buscador decidieron terminar la ronda de ajedrez que comenzaron antes de bajarse del barco.